9.15.2005

Por la revolución de los extras


I

En la punta de la palabra está la palabra, quiero usar la palabra atropellar y no sé dónde ni cuándo. Al lado de atropellar está el hijito rengo de la protagonista de la novela mexicana con una pelota roja en la mano, atropellar es un camión enorme que viene a toda velocidad y no tiene frenos. Al lado de ese capítulo, al día siguiente, está el otro capítulo y el nenito sano y salvo porque su heroica mascota (un can vagabundo y pillo al que le daba de comer a hurtadillas en el patio de atrás de la casa) se arrojó a las ruedas de la mole gigante y murió como un héroe, salvando al nenito rengo, haciendo volcar el camión que llevaba 35 niños ilegales (todos muertos) a cruzar la frontera (nunca llegaron/ claro/ pero ¿a quién le importan los extras?).

Moraleja: ni un camión lleno de extras podrá atropellar, jamás, a un solo protagonista.

II

¡Por la Revolución de los extras!
No quiero morir como dios manda,
quiero morir como extra:
morir de tarea,
abajo del puente
que atraviesa triunfal
mi protagonista.
Porque no hayprotagonista
capaz de cruzar un puente
sin que haya un extra muriendo abajo.
No quiero morir de hostia
ni de cuerpo de Cristo
quiero morir de sudada santa
de coronita de espinasde estaca.
Quiero morir de extra
de ex
de exteriores
de movilera
de muerte idiota
de-lo-que-sea
Perono quieromorir
porque se me acabó el contrato.




Natalí Tentorí
abril de 2004